Dentro del marco de la gestión de la calidad una organización puede recurrir a diversas herramientas metodológicas con el fin de conseguir los mejores resultados en función de sus condiciones de competitividad, una de ellas es el benchmarking, que persigue la identificación de las mejores prácticas en otras organizaciones con el objetivo de aprenderlas y mejorar el rendimiento de un proceso o función determinada. Las organizaciones emplean el benchmarking con diferentes fines: algunas lo posicionan como parte total de un proceso global de solución de problemas y otras como un mecanismo activo para mantenerse actualizadas en las prácticas más modernas del negocio.

benchmarking

Tipos de Benchmarking:

  • Benchamarking interno: En el que se compara los resultados o forma de trabajar de departamentos similares. Es el primer paso del benchamarking.
  • Benchamarking competitivo: Comparamos nuestros procesos con los de los principales competidores, mostrar cuales son las ventajas y desventajas comparativas.
  • Benchamarking funcional: Investigación de funciones análogas de empresas que no son competencia pero son del
  • mismo sector de actividad.
  • Benchamarking genérico: Se realiza entre compañías que no compiten y en procesos o áreas interfuncionales.

¿Por qué emplear el benchmarking? Las organizaciones lo utilizan con diversos fines:

  • Planificación estratégica: Desarrollo de planes a corto y a largo plazo.
  • Pronósticos: Tendencia de las predicciones en áreas comerciales pertinentes.
  • Nuevas ideas: Aprendizaje funcional; pensando fuera de la caja.
  • Comparaciones con competidores u organizaciones (Producto/proceso con los mejores resultados).
  • Fijación de objetivos: Fijación de objetivos de desempeño en relación con las prácticas más modernas.